La sal no sólo es útil como condimento en nuestros platos, también podemos utilizarla sola o combinada con otros productos naturales en la limpieza de cocina y baño.
Para eliminar restos secos de vino tinto o cualquier otro líquido del interior de la cristalería, echar una mezcla al 50% de vinagre y agua, y añadir sal gorda.
Dejar reposar durante 24 horas hasta que los posos se reblandezcan. Si se resisten, repetir la operación. Después aclarar y secar.
Si se trata de cercos, también se pueden quitar humedeciendo un trapo con agua muy caliente y añadiendo sal gorda. Restregar en la copa o vaso varias veces hasta eliminar estos restos.
En el caso de comida pegada en una cacerola, si no está muy incrustada, se puede quitar llenándola de agua caliente y un puñado de sal. Hervir durante 15 minutos, después, aclarar y secar.
Cubriremos las zonas oxidadas de las piezas de acero que se han estropeado, con una capa de cera líquida pura de abeja. Dejar reposar el tiempo suficiente para que solidifique y después espolvorear sal gruesa por encima.
A continuación, frotar con un paño limpio hasta que desaparezca la cera, al mismo tiempo también desaparecerá el óxido.
No es recomendable limpiar una bañera con productos abrasivos ni usar estropajo. Una alternativa es aplicar medio limón añadiendo un puñado de sal gorda. Dejar actuar unos minutos y aclarar con agua abundante.
Otro producto no abrasivo que mantendrá el brillo de la bañera y no la rayará, es el vinagre. Aplicarlo con un trapo y aclarar con agua.
Se puede devolver el blanco a la bañera utilizando una esponja empapada en esencia de trementina, mezclada con un puñado de sal.
Dejar actuar durante unos minutos y aclarar con agua caliente y jabón líquido.