Tanto para los fabricantes como para los usuarios es importante tener recursos para conservar la carne en buen estado durante el máximo de tiempo posible. Al fin y al cabo, este alimento, que tan fácilmente se degrada y pierde propiedades, resulta indispensable en nuestra dieta.
Muchos de los métodos de conservación de los alimentos que podrían serte útiles (como la congelación o guardar al vacío) ya los introdujimos en otro de nuestros artículos, pero nos hemos dado cuenta de que no entramos en ningún momento en todos los tratamientos específicos que se le puede dar a la carne para protegerla del paso del tiempo, incluso sin necesidad de usar la refrigeración.
El método más tradicional de conservación de la carne consiste en la curación. Curar la carne es un método antiguo y que implica esfuerzo, pero resulta eficaz si pretendes conseguir un buen resultado sin desembolsar mucho dinero.
Hoy en día existen principalmente dos métodos de curación de la carne:
La salmuera es similar al proceso de curación, pero en vez de hacerse en seco se hace sumergiendo la carne en una agua con la mezcla ya mencionada.
Con la salmuera, igual que en la curación, el alimento queda deshidratado y esto ayuda a reducir gran parte de la humedad, normalmente presente en el alimento y desencadenante de la rápida degradación del alimento. De esta manera, se hace mucho más fácil resistir el paso del tiempo y el desarrollo de bacterias nocivas.
Cuando el ambiente era demasiado húmedo, ni la curación ni la salmuera eran posibles debido a que la deshidratación con la sal al aire libre no se podía lograr. Ahí fue cuando se inventó el ahumado, una técnica de conservación en la que se aplica el humo para desecar el alimento y darle sabor.
Hoy en día es también una famosa opción de preparación tanto de pescados como carnes, y una opción comercial muy interesante para cualquier fabricante. Por si no lo sabías, elnitrito sódico también es una opción que funciona como complemento conservante sumado al ahumado.
Otra opción algo menos elegante, pero que también puede ser útil si buscas una opción económica para aislar la carne, es cubrir con manteca de cerdo tus carnes, de manera que esto impida que el aire llegue a tocar directamente el producto y lo vaya oxidando.
Una vez envuelvas la carne con manteca, este producto se encargará de protegerla sin necesidad de refrigerar, aunque te recomendamos guardarla en algún recipiente para no manchar ninguna superficie.
Cuando vayas a guardar tu carne, uses el método de conservación que uses, ten siempre en cuenta estos principios:
Durante la elaboración de cualquier fórmula con carne que quieras conservar, ten en cuenta cualquiera de nuestros aditivos especializados en carne, que no solo te ayudarán en este aspecto, sino en muchos más.
Por ejemplo, tienes la glicina alimentaria, que resulta una gran potenciadora del sabor y que mejorará la experiencia de tus consumidores; o el citrato cálcico, que es un perfecto regulador de la acidez.
Como ves, conservar carne puede resultar muy sencillo si cuentas con todos los aditivos que tenemos disponibles para la industria cárnica. Esperamos que logres todo lo que buscas con tus formulaciones, y que tus clientes queden satisfechos con tus productos finales.